Fenicios, romanos, árabes, misioneros de ida y vuelta a las indias, todos hicieron su aportación a la mesa, y hoy Cádiz destaca en los guisos y en los postres, en las tapas y en la copa.
El plato típico es el «pescaíto frito» (cazón, calamares, boquerones, chipirones, etc.). En todos los bares y restaurantes de Cádiz se puede degustar este manjar gaditano. En verano es popular sentarse en una terraza de un bar en el Barrio de la Viña y pedirse una ración de caballa con piriñaca (aliño de pimientos con cebolla).
Si todo esto se acompaña de vino blanco de la tierra, te llevarás un buen sabor de boca.
Destacan en la Bahía de Cádiz los guisos marineros con cazón, corvina y rape, los pescados frescos como urtas, doradas, pargos… sin olvidar los mariscos, langostinos y galeras de Sanlúcar, las gambas de la bahía, o las singulares ortiguillas, los erizos y ostiones.Y cómo no probar en Cádiz las «tortillitas de camarones».
En la costa atlántica el atún procedente de la almadraba, un arte de pesca de origen fenicio que ya se practicaba en el 1.100 a.C. Con el tiempo cobró tal importancia que los romanos acuñaron su figura en las monedas.En la costa mediterránea los espetos de sardinas a pie de playa y hacia el interior la variedad de guisos de «cuchara»